AMOR, RESPUESTAS Y POCA CORDURA
Debolsillo - 432 pp.
Autor: Castillo, Javier
ISBN: 978-84-663-4739-6 (vol. 1233/2)
De lectura inevitable tras devorar sin piedad y en un tiempo récord la primera parte, El día que se perdió la cordura, con las expectativas por las nubes y con ansia de saber más acerca de la intrincada trama del asterisco de 9 puntas, me lancé sin pestañear a esta segunda entrega, pero lo que encontré fue un tanto decepcionante.
En esta secuela, Javier Castillo continua la historia de los personajes principales dando respuestas a preguntas y detalles que habían quedado sin resolver al final de la anterior novela y profundizando en la historia referente al misterioso y sangriento asterisco. Y más allá de querer conocer cómo concluye todo, no encontré nada que me hiciera seguir leyendo con el mismo ímpetu que leía la primera parte, pues ésta, mucho más floja, se me hizo pesada, repetitiva y un tanto predecible. Incluso me atrevería a señalar que algunas partes y con la trama y las intervenciones de determinados personajes me resultaron un tanto "pastelosas" y de relleno, haciendo imposible que quedara absorta en la lectura.
Es muy difícil no comparar ambas novelas y los sentimientos que se generan al leer una y la otra, pues en esta segunda, en lugar de sentirme atrapada en la lectura, tenía que forzarme a continuar leyendo por el mero hecho de terminarla, siendo la falta de sorpresa y la sensación de previsibilidad junto con una idea constante de "esto se veía venir", lo que domina. En definitiva esta segunda parte del thriller de la cordura, etiqueta que le viene como anillo al dedo, es capaz de entretenerte pero no de dejarte sin aliento.
Sinopsis
En esta secuela, Javier Castillo continua la historia de los personajes principales dando respuestas a preguntas y detalles que habían quedado sin resolver al final de la anterior novela y profundizando en la historia referente al misterioso y sangriento asterisco. Y más allá de querer conocer cómo concluye todo, no encontré nada que me hiciera seguir leyendo con el mismo ímpetu que leía la primera parte, pues ésta, mucho más floja, se me hizo pesada, repetitiva y un tanto predecible. Incluso me atrevería a señalar que algunas partes y con la trama y las intervenciones de determinados personajes me resultaron un tanto "pastelosas" y de relleno, haciendo imposible que quedara absorta en la lectura.
Es muy difícil no comparar ambas novelas y los sentimientos que se generan al leer una y la otra, pues en esta segunda, en lugar de sentirme atrapada en la lectura, tenía que forzarme a continuar leyendo por el mero hecho de terminarla, siendo la falta de sorpresa y la sensación de previsibilidad junto con una idea constante de "esto se veía venir", lo que domina. En definitiva esta segunda parte del thriller de la cordura, etiqueta que le viene como anillo al dedo, es capaz de entretenerte pero no de dejarte sin aliento.
Sinopsis
A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué oculta la joven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparece decapitada tras más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito en una de las notas. A medida que avance en la investigación se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de cicatrizar.
Después del éxito arrollador de El día que se perdió la cordura, Javier Castillo regresa con una novela que explora los límites del amor. Adictiva trepidante y absorbente, El día que se perdió el amor es una infección de adrenalina, una experiencia única de lectura, un thriller diferente que da continuidad al fenómeno editorial que dio a conocer a una de las voces más prometedoras de la novela de suspense.
Después del éxito arrollador de El día que se perdió la cordura, Javier Castillo regresa con una novela que explora los límites del amor. Adictiva trepidante y absorbente, El día que se perdió el amor es una infección de adrenalina, una experiencia única de lectura, un thriller diferente que da continuidad al fenómeno editorial que dio a conocer a una de las voces más prometedoras de la novela de suspense.
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